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Observamos que parecen estar muy claros los principales móviles de la aventura. Además del reseñado contacto fundamental entre García Viñolas y António Ferro, los profesionales portugueses y españoles necesitaban de sus vecinos para producir.

En Portugal, los profesionales no encontraban financiación para sus producciones. El público necesitaba mayor numero de películas y pedía películas portuguesas. La industria cinematográfica de Lisboa comenzaba a germinar pero carecía de capital y de buenos profesionales. Así, varios técnicos españoles trabajarán asiduamente en producciones portuguesas. Es el caso de Alejandro Perla, que dirige Cais do Sodré (1946) de Eduardo García Maroto y también del maquillador José María Sánchez y del operador Izzarelli que participan en Camôes (J. Leitão de Barros, 1946) y en otros filmes; del director José Buchs (Sol e toiros, 1949) o de Enrique Domínguez.

Por otra parte, la explotación en España y América también era una importante oportunidad. António Lopes Ribeiro manifestaba: "Com o Brasil, Espanha (e, com ela, os paises de America em que se fala espanhol), constitui o mercado natural dos filmes portugueses" 48

Respecto al cine español, en el período que va de 1944 a 1946 se realizan muy pocas películas. Toca fondo la crisis del cine con un número mínimo de producciones. Igualmente hay escasez de divisas y de película virgen. Hasta 1947 no se estrenarán películas norteamericanas posteriores a 1942. Lógicamente se busca capital para invertir, película virgen, exteriores... y la posibilidad de hacer una producción de superior presupuesto y calidad merecedora de mayor número de permisos de importación. Precisamente, observamos que coincide el momento de menor número de producciones españolas con el de mayor colaboración con el país vecino49.

El apoyo de ambos gobiernos también era palpable. El estreno en Madrid del filme luso Camôes supuso un gran acontecimiento, que se celebró en el Palacio de la Música de Madrid el 26 de febrero de 1947 y al que acudió el director del Secretariado de Cultura Popular e información de Portugal, D. António Ferro, invitado por D. Pedro Rocamora, director general de Propaganda queriéndose poner de relieve la gran hermandad cinematográfica entre ambos países50.


Sin embargo algunos portugueses estaban descontentos con estas colaboraciones. La polémica sobre si era ventajoso o no el intercambio luso-español llegó a la prensa especializada portuguesa tras el éxito de Inés de Castro, publicándose numerosas entrevistas a técnicos y funcionarios relacionados con la cinematografía lusa. La mayoría opinaba que era algo bueno por la precaria situación de la producción y la falta de buenos profesionales. A medida que van apareciendo los resultados, las respuestas ya no son tan positivas. Un comentario respecto al comienzo del rodaje de la película Tres espejos, publicado en el Diario Popular, exponía lo siguiente: "Otro de los inconvenientes más señalados generalmente en relación con la colaboración cinematográfica luso-española es el descrédito que para la producción portuguesa viene a provocar la exhibición, como tal, de películas claramente españolas, apenas "dobladas" en portugués para la ocasión."51

Ya hacia 1947, según Maroto, se había iniciado en Lisboa una campaña contra los técnicos españoles52. El Sindicato Nacional dos Profissionais do Cinema no ponía ningún impedimento a la participación de técnicos extranjeros en las películas portuguesas, lo que perjudicaba a los técnicos lusos, que manifestaban que los productores siempre preferían a los españoles. Referían el ejemplo de la Lisboa Filme, a la que acusaban de tener el mayor número de profesionales españoles contratados, aunque fueran incompetentes, porque su responsable, Antonio Redondo Municio, era español53. Aludían además al mayor costo de los técnicos extranjeros y a la necesidad de algún tipo de normativa para que los técnicos portugueses trabajaran en igualdad de condiciones y no como en muchos casos, de meros aprendices.

El problema del doblaje al portugués también afectó, como dijimos, ya que el público portugués no se acostumbraba. Es el caso de Cinco lobitos, El Huésped del cuarto número 13 - que levantó grandes protestas del público por la calidad del doblaje54 - o Reina Santa55.

Asimismo, la nueva legislación protectora del cine portugués que aprobada el 18 de febrero de 1948 es criticada por varios autores portugueses como poco efectiva e incluso perjudicial para la industria portuguesa,56 resulta también perjudicial para los intereses españoles, pues prohíbe totalmente el doblaje al portugués57 y legisla una protección de la que sólo podían disfrutar películas totalmente portuguesas, realizadas e interpretadas por portugueses.

A los motivos anteriores tendríamos que sumar que a partir de 1947 se observa un incremento de la producción cinematográfica española, y aunque se produce un aislamiento del régimen de Franco, poco a poco, y ante la nueva situación mundial se irá aceptando. Ambas cinematografías se irán desconectando y la mayoría de los técnicos españoles volverán a España entre 1948 y 1949.

Si hemos de fechar el final de este período de intensa colaboración, pensaríamos en el año 1948. La explicación de la ruptura para Luis de Pina es la siguiente:

"O eixo Madrid-Lisboa funcionava perfeitamente, mas dentro de pouco tempo, enquanto o cinema español se afirma, o nosso declina e quase morre: o mercado português não interesa ao capital cinematográfico mas o español interessará e muito, pela simples razão de que existe"58

Tras esta ruptura, se hizo alguna película en colaboración con portugueses como La Señora de Fátima/Nossa Senhora de Fátima (Rafael Gil, 1951) el segundo filme de Suevia Films con Anibal Contreiras, El padre pitillo/O Padre Piedade (Juan de Orduña, 1954) producida por Doperfilme y Orduña Films o Nubes de verano/ Parabéns, senhor Vicente (Arthur Duarte, 1954), producida por Angel Gamón y Arthur Duarte por la parte portuguesa y Cine As por la española. Sin embargo, la situación internacional había cambiado y la industria cinematográfica española ya no necesitaba del apoyo luso. No volveremos a encontrar una colaboración cinematográfica tan importante como la de la segunda mitad de la década de los cuarenta hasta los años noventa, tras haber firmado ambos paises un convenio cinematográfico oficial el 8 de noviembre de 1989.

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ISABEL SEMPERE SERRANO es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de
Santiago de Compostela. Profesora asociada de Historia de Cine en dicha Universidad,
actualmente es becaria del Consello da Cultura Galega y está realizando su tesis
doctoral sobre el productor Vicente Sempere Pastor.

 

NOTAS Y REFERENCIAS

48. Filmagem, n.º 8, 22/2/45, p.7.

49. Cuadro realizado tomando como base los datos reflejados en: Hueso, A.L., Op. Cit., p.451.

50. Primer Plano, n.º 333 , 2/3/47, s/p

51. Cita recogida en Llinás, F., Ladislao Vajda: el húngaro errante, Valladolid, Semana Internacional de cine de Valladolid, 1997, p.66.

52.García Maroto, E.,Opus cit. , p.153.

53.Filmagem, n.º 13, 19/8/48, p.2.

54.En el Diário da Manhã, Manuel Moutinho propuso "a proibição pura e simples da fita". En: O Cinema Português 1896-1998, Lisboa, Lusomundo Editores, 1999, p.85.

55."Com excepçäo dos actores que se dobraram a eles mesmos, os outros devem estar espantados com as suas vozes acolores e monótonas, cheias de teatralidade e insegurança" Raul Faria de Fonseca en Diário Popular, citado por Ribeiro, M. Félix, Opus. Cit., p. 598.

56.Costa, H Alvés, Breve historia do cinema português (1896-1962), Lisboa, ICP, 1978, p.94 ; De Pina, L., Panorama do cinema português, Terra Livre, Lisboa, 1978, p.36

57.Artículo 13.º de la Lei n.º 2027, de 1948.

58.De Pina, L., Opus cit., p.31