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Ámbito formativo

LA FORMACIÓN DOCENTE DEL PROFESORADO UNIVERSITARIO (1):
Entre la exigencia profesional y la necesidad institucional


Francesc Imbernon
Departamento de Didáctica y Organización Educativa
Universidad de Barcelona.


La formación docente una exigencia profesional

La formación, vinculada al desarrollo profesional, es un proceso continuo que se inicia con la elección de una disciplina concreta (formación inicial en un oficio o en una profesión) y cuyo dominio (conocimientos, habilidades, competencias) se va perfeccionando paulatinamente (formación continua o permanente).
En la primera fase, formación inicial, el objetivo básico es adquirir la profesionalidad, la integración de las competencias vinculadas a la socialización profesional; y en la segunda fase, el objetivo recurrente es encontrar soluciones a las situaciones problemáticas que se presentan en el cumplimiento de las funciones profesionales.
Quizá la endémica falta de formación en las funciones docentes del profesorado universitario, tanto durante la primera fase, la de la socialización, como durante la segunda, la de la permanente, obedezca a las dudas o a la  indeterminación sobre en qué debería consistir realmente su socialización profesional y, sobre todo, su trabajo profesional específico como docente.
Como es lógico, el profesorado universitario se forma básicamente en el contenido científico de la materia que enseña y sobre la que investiga. Pero, por otra parte, resulta muy escaso, cuando no nulo, el interés del profesorado respecto a la formación necesaria para transmitir y compartir ese conocimiento con su alumnado.

Como puede comprobarse por la experiencia, es harto difícil superar el arraigado y viejo supuesto que afirma que un buen profesor universitario es aquel que domina la materia científica, ya que ese conocimiento le capacita por sí mismo para enseñarla, y que dice además que es mejor docente el que muestra la necesarias aptitudes y buena voluntad. Todo ello, en pocas palabras, implica una exacerbada sobrevaloración de la experiencia subjetiva mediante la falacia del “enseño a mi manera” extraída de un empirismo elemental. Ahora bien, ¿cómo superar ese síndrome de la familiaridad en la docencia universitaria?, donde el conocimiento vulgar pedagógico, el que se ha interiorizado durante los años pasados en las aulas universitarias como alumno o alumna, antes de acceder a la función docente, se impone como modelo de transmisión predominante, o sea, como currículum nulo ya que se “aprende” a enseñar mediante las estructuras y las relaciones que se tuvieron y se tienen, más que por la formación específica, la reflexión, la implicación y  el contraste de ideas.

En al actualidad entre el profesorado empieza a surgir la conciencia de que ese modelaje no es suficiente (o incluso que puede ser nefasto), sobre todo cuando la experiencia muestra el predominio de una transmisión normativa o nocionista, y que no reúne los requisitos de una transmisión más descriptiva, más regulativa.
En una nueva forma de transmitir y compartir el conocimiento académico se ve, cada vez más, que la formación inicial y permanente del profesorado universitario es necesaria e imprescindible en una Universidad que pretende mirar hacia el futuro con una nueva forma de enseñar. Una nueva Universidad que supere los viejos esquemas y las antiguas ideologías académicas sobre la docencia predominantes desde hace ya siglos, y que hoy día están mayoritariamente obsoletas.
Pero será difícil introducirse en la formación docente universitaria si no se responde a la siguiente pregunta:
- ¿cuál es la parte sustantiva de la profesión universitaria: la investigación, la docencia, la gestión, todas ellas?
Debatir sobre la formación en docencia unive

27/5/2007
 
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