¿Qué impacto puede tener en la Educación Secundaria
el proceso de convergencia europea?

Predecir cuál puede ser el impacto del proceso de convergencia europea no es una tarea sencilla. Dar respuesta al interrogante que inicia esta aportación resulta complejo teniendo en cuenta que los cambios en educación son procesos lentos que se consolidan muy lentamente.

Entendemos la formación en su globalidad como un sistema único que empieza en la primera infancia y continúa a lo largo de toda la vida. Desde esta premisa,  podemos afirmar la necesidad de llegar a acuerdos que nos permitan trabajar de manera coordinada, entre las diferentes etapas educativas. Por lo tanto, la puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior implica abrir un debate alrededor de la función formativa y docente en todas las etapas educativas.

Este debate debe tener como consecuencia incorporar aspectos que permitan desarrollar al máximo, tanto a los docentes como a los estudiantes de todas las etapas educativas, aquellas competencias que les permitan asumir con éxito el cambio que implica pasar:

- de la educación centrada en la enseñanza a la educación centrada en el aprendizaje;

- del aprendizaje terminal al aprendizaje a lo largo de la vida;

- del aprendizaje por contenidos al aprendizaje por competencias;

- del rol del profesor como transmisor de conocimientos al mediador de competencias.

La implementación de este nuevo paradigma implica la necesidad de promover cambios a nivel metodológico que contribuyan a disminuir las dificultades emergentes: fracaso escolar, absentismo y orientación académica presentes en la etapa de educación secundaria obligatoria y postobligatoria.

Centrándonos en la educación secundaria, y en un intento aproximado de responder al interrogante planteado al inicio, creemos que la influencia del nuevo paradigma que promueve el Espacio Europeo deberá favorecer la implementación de nuevas metodologías docentes, que promuevan:

- el desarrollo de competencias básicas y transversales;

- la importancia de la acción tutorial en el desarrollo de itinerarios individualizados delante de la heterogeneidad de los estudiantes;

- el desarrollo habilidades y actitudes delante del proceso de educación;

- generar en los alumnos recursos y habilidades como: el empleo de una tercera lengua; la capacidad de buscar y manejar información; el uso de les TIC; la capacidad de trabajo en equipo; la gestión del tiempo; responsabilidad sobre el propio trabajo; un suficiente nivel de conocimientos para el trabajo cooperativo y para la adaptación a entornos cambiantes;

- fomentar el trabajo autónomo como forma de aprendizaje en la que el estudiante asume una parte importante de la responsabilidad de la organización de su trabajo adaptándolo a su propio ritmo.
 
Podemos concluir que los cambios no pueden generarse únicamente en el contexto universitario, deben empezar antes en las etapas postobligatorias, para preparar a los futuros estudiantes universitarios.

Elvira Martí Brossa
Psicopedagoga IES Ribera Baixa (El Prat de LLobregat)
Profesora Asociada Universitat de Barcelona