FIDEL CASTRO EN LOS DOCUMENTALES

Aitor Yraola

 


La imagen de Fidel Castro en los medios de comunicación representa un tema exhaustivo. La presencia reiterada del líder cubano en las cadenas de televisión europeas y norteamericanas así como el interés histórico que la revolución cubana ha representado en las últimas décadas, ha inspirado las obras de numerosos documentalistas, directores de cine, periodistas y escritores.

En este artículo realizaré un análisis de los cinco documentales más representativos en lengua inglesa que en mi opinión reflejan las mejores aproximaciones a la biografía del líder cubano; Waiting for Fidel de Michael Rubbo (1974). Fidel. The untold story de Estela Bravo (2001), Fidel de David Attwood (2002), Looking for Fidel (2003) y Comandante de Oliver Stone (2003).

El primer documental de Michael Rubbo (1974) se realiza en el marco de la guerra fría. Un industrial canadiense, Jeffrey Sterling, viaja a la Habana para mantener una entrevista con Fidel Castro, una entrevista que al igual que la obra de Samuel Beckett Esperando a Godot nunca se llegará a realizar. Sterling, Michael Rubbo y otros colaboradores del equipo de filmación de la National Film Ward de Canadá se instalan en una mansión en la Habana. Durante la larga espera realizan varias visitas; a la Escuela Lenin donde los jóvenes reciben una estricta educación gratuita y donde trabajan quince horas por semana para el Estado, una clínica psiquiátrica en la que los pacientes realizan terapia ocupacional y reciben salarios por su trabajo, cultivando flores o criando gallinas, visitan también las obras de unas viviendas sociales donde el 80% de los trabajadores provienen de otros estratos de la sociedad y conviven en un ambiente de camaradería vecinal. Finalmente se entrevistan con los líderes de la organización estudiantil de una universidad con quienes examinan las bondades del comunismo o del socialismo y la cuestión de la propiedad privada. El equipo de televisión, acompañado del encargado de protocolo y un intérprete, visitan playas, desfiles, calles e incluso se prueban los trajes que vestirán cuando les concedan la entrevista. Sterling llega a la triste conclusión de que nunca serán recibidos y que lo único que puede hacer es imaginar la entrevista con el líder cubano.

Sterling, Castro y Beckett parecen compartir preocupaciones básicas, los personajes de Beckett usualmente se encuentran aislados en el espacio y el tiempo (como la mansión habanera o la isla), se torturan y consuelan, hacen preguntas sin respuesta y luchan en un mundo que se les desintegra. El dramaturgo, como el millonario canadiense o el líder caribeño, expresan sus dudas sobre la capacidad del hombre de entender y dominar su mundo, de superar el aislamiento como resultado de la imposibilidad de comunicación y contacto genuino con los otros.

El documental de Estela Bravo se basa en una amplia serie de entrevistas que ofrecen, desde perspectivas muy distintas, una imagen bastante completa de la biografía del líder cubano. En el ámbito familiar y de amistades la autora entrevista a Ramón Castro, a los amigos: Ángel Fernández, al padre Llorente (ambos ex-profesores), a Max Lesnick todos residentes en Miami, a Baudillo Castellanos y a Alfredo Guevara, compañeros de universidad y a Gabriel García Márquez. La historia oral referida a su trayectoria política es la más rica, las entrevistas incluyen a; Melba Fernández, sobreviviente del ataque a Moncada, Aleida Guevara, hija del Che; Juan Almeida, Antonio Núñez Jiménez, Vilma Espín, José Ramón Fernández todos ellos miembros del ejército cubano y participantes en operaciones guerrilleras o de defensa como Núñez Jiménez el entonces jefe de operaciones en la Playa Girón (Bay of Pigs). Los testigos desde la perspectiva del “imperio norteamericano” –como Castro suele referirse a los EE.UU.- comprenden los testimonios de; Peter Bourne, biógrafo, Wayne Smith, ex-director de la Sección de Cuba en el Departamento de Estado, Arthur Schlesinger Jr., historiador y ex-consejero de Kennedy y Ramsey Clark, ex-fiscal del estado. Finalmente un último grupo de artistas completa la dimension más humana del gobernante; Harry Belafonte, Sydney Pollack, Company Segundo y los escritores; Alice Walker, Marshall Frady, Saúl Landau y Miguel Barnet.

La imagen de Fidel Castro que ofrece este documental refleja la evolución desde la infancia en la Escuela pública de Birán donde Fidel Castro dio muestras de una memoria prodigiosa, su paso por la universidad como defensor de los derechos humanos, Moncada, la prisión, México, su amistad con el Che, el derrocamiento de Batista, el triunfo de la revolución, el viaje a Estados Unidos en 1956 -y su estancia en Harlem- su discurso en las Naciones Unidas donde fue acogido por la población latina como “el enviado de Cristo” y toda la serie de conocidos logros sociales en la isla; el fomento de la educación, la sanidad, la nacionalización de las compañías norteamericanas, la resistencia al bloqueo, las mejoras económicas, el tratado de amistad con la Unión Soviética, la solidaridad de Cuba con los pueblos oprimidos como Angola, Vietnam, Chile, Nicaragua, los intentos de asesinato por parte de la CIA, la admiración en sectores norteamericanos por el “milagro cubano”, las penurias económicas tras el cese del apoyo soviético, la emigración masiva de los balseros y los últimos gestos de apertura de Castro reflejados en visitas oficiales a países europeos o Estados Unidos. Castro es presentado como un estudiante aventajado que al llegar a la universidad toma conciencia de las desigualdades sociales convirtiéndose en un “comunista utópico” e inicia una rebelión para establecer un régimen de justicia social. Los desafíos a los que se enfrenta durante las décadas posteriores a la toma de poder, hostigado por el bloqueo del imperio norteamericano vecino, le convirtieron en un”líder único”hasta la muerte. En este sentido preguntado por Ignacio Ramonet sobre la sucesión de su mandato, Castro afirmó:

Si usted por cualquier circunstancia desapareciera, ¿Raúl sería su sustituto indiscutible? Si a mí me pasara algo mañana, con toda seguridad que se reúne la Asamblea Nacional y lo eligen a él, no le quepa la menor duda. Se reúne el buró político y lo eligen.

El director británico David Attwood ofrece un enfoque de Castro basado en la adaptación del libro: Fidel Castro de Robert E. Quirk. y en la presentación el cineasta aclara que:

This film is based on historical research into the life of Fidel Castro and the revolution which he led; for dramatic purposes, certain ancilliary and supporting characters are composites, and dialogue has been created. Howewer, the producers belive that the story told by this film is consistent with what is publicly known about the historical figures and events.

Este filme comienza la narración de la revolución cubana a través del pasado que Fidel Castro recuerda desde su despacho. Un hombre maduro, rodeado de los retratos de muchos de sus antiguos camaradas y el de José Martí sobre la mesa, inicia un viaje interior en el que narra los principales eventos de su vida. La vida de Castro se funde con los logros de la revolución, el hombre y el revolucionario parecen ser un mismo personaje. Los escenarios, actores, sucesos históricos no ofrecen una imagen innovadora sino que repiten temas ampliamente conocidos. Un Fidel intransigente y furibundo dirige los designios de la patria en contra de todos los obstáculos políticos y económicos incluyendo las críticas ”contrarrevolucionarias” de algunos de sus seguidores como Huber Matos o Camilo Cienfuegos.

Al final de la obra el Fidel maduro abandona el despacho para dirigirse hasta una sala desde la que en un desdoblamiento de personajes, el joven vs. el hombre maduro, realiza una reflexión en voz alta y dirigida al mundo: Antes de 1959 la política exterior norteamericana fue la de explotar a Cuba y durante los últimos cuarenta años de bloqueo los EE.UU. han tenido un solo objetivo en Cuba, destruirla, ¿es democracia no aceptar la independencia de un pueblo vecino y su libertad para decidir sus propios asuntos?. El mismo Castro ha sido objeto de atentados por parte de la CIA. En el presente el Gobierno de los EE.UU. con medios tan poco democráticos como el apoyo del ejército ha fomentado la invasión de la isla por las empresas norteamericanas, la conquista del ”mercado cubano”. Si el hombre maduro propone una sopesada revisión de los logros sociales en la isla, el joven Castro confiesa ser ”el alma del revolucionario” que jamás abandonará sus principios. Esta reflexión abierta en el film es contestada en detalle por el líder cubano maduro con la pregunta que le formula Ignacio Ramonet:

Cuba no es una sociedad consumista, el consumo es más bien austero, y algunas personas aquí mismo lo lamentan. ¿Usted qué les diría a los que se quejan de no disponer de los productos de las sociedades capitalistas de consumo?

Mire, yo les diría que la sociedad de consumo es uno de los más tenebrosos inventos del capitalismo desarrollado y hoy en la fase de globalización neoliberal. Es nefasto, porque trato de imaginarme a mil trescientos millones de chinos con el nivel de motores y de automóviles que tiene Estados Unidos. No puedo imaginarme a la India, con mil millones de habitantes, viviendo en una sociedad de consumo; no puedo imaginarme a quinientos veinte millones de personas que viven en el África subsahariana, que no tienen ni electricidad y en algunos lugares más del 80 por ciento no sabe leer ni escribir, en una sociedad de consumo.

Bajo un orden económico caótico, las sociedades de consumo en cinco o seis décadas habrán agotado las reservas probadas y probables de combustibles fósiles…No existe siquiera una idea coherente y clara sobre la energía que, dentro de cincuenta años, moverá los miles de millones de vehículos motorizados que inundan ciudades y carreteras de los países ricos, e incluso de muchos del Tercer Mundo. Es la expresión de un modo de vida y de consumo absolutamente irracional, que no podrá servir jamás como modelo a los diez mil millones de personas que se supone habitarán el planeta cuando la era del petróleo haya concluido.

Tal orden económico y tales modelos de consumo son incompatibles con los recursos esenciales limitados y no renovables del planeta y con las leyes que rigen la naturaleza y la vida. Chocan también con los más elementales principios éticos, la cultura y los valores morales creados por el hombre.

Oliver Stone es el director norteamericano que más atención ha prestado a investigar el hombre Fidel Castro tras el uniforme caqui, la barba blanca y la retórica de los discursos oficiales. El director, un veterano condecorado de la Guerra de Vietnam, ha confesado ser un admirador del líder cubano. El documental Comandante comienza con la siguiente presentación:

In February 2002 the filmmakers interviewed 75 yer-old Cuban president Fidel Castro. Mr. Castro was encouraged to behave as freely as possible, and given the power to cut at any time. Over the course of three days and nights, Mr. Castro never chose to. What follows is culled from 30 hours of conversations.

La cámara acentúa las respuestas del presidente cubano con primerísimos planos; las manos, gestos, arrugas de un rostro que en ocasiones esboza sonrisas. El despacho de Fidel Castro es como una celda en la que realiza caminatas de una pared a otra y donde se celebran la mayor parte de las entrevistas. Castro nunca ha necesitado consultar con un psiquiatra quizá porque desde pequeño tuvo que acostumbrase a solucionar problemas difíciles. Para él la gloria o la posteridad “caben en un grano de maíz” lo que a él le importa es “el pueblo cubano”. Si no se crea un nuevo orden más equitativo y se siguen despilfarrando los recursos del planeta el hombre desaparecerá. Castro viaja con Stone al Museo de Arte Contemporáneo de la Habana y recorriendo con el director algunos de los cuadros expresa su admiración por Charles Chaplin. Tras el recorrido por los pasillos del museo enfatiza los logros de la revolución en sanidad, educación y solidaridad internacional con los pueblos oprimidos. Después del museo en el coche oficial del líder cubano –un Mercedes negro- y acompañado por la intérprete se dirigen a la facultad de medicina de una universidad pública donde son aclamados por estudiantes y admiradores. En el coche Castro guarda caramelos en una caja de metal y un revólver. Las conversaciones vuelven a centrarse sobre los temas clásicos: Cuba nunca deseó ser un país satélite de la Unión Soviética y de todos los líderes rusos con quien llegó a entenderse mejor fue con Khrushchev de quién consiguió, después de la crisis de los misiles en octubre de 1962, la “promesa verbal” de que los norteamericanos nunca invadirían Cuba. También se examina la naturaleza del régimen; ¿es Castro un dictador?. En Cuba nunca se ha torturado a nadie ni tras el fracaso de la invasión en playa Girón, ni antes. Los EE.UU. han sido los amigos de grandes dictadores, Castro sin embargo ha utilizado la “persuasión” y su “autoridad moral” como estilo de gobierno, si ha sido dictador lo ha sido de sí mismo y un auténtico esclavo del pueblo cubano. El presidente de Cuba se siente feliz por todo lo que ha conseguido con la revolución. El sentido de la vida es llegar a entenderse consigo mismo, hacer algo para la gente, en educación, salud y Castro tiene más confianza ”en la cultura política” que en los hombres.

Stone le pregunta por la ausencia de elecciones en Cuba, a lo que Castro responde que ciertamente no las hay pero existen delegados populares por todo el país y una Asamblea Nacional que gobierna. El presidente cubano aboga por la paz en el mundo, un mundo que cada vez se hace más ingobernable, un mundo donde no tiene sentido usar la fuerza.

La voz en off del dirigente cubano cierra este documental con un augurio que encaja con la mentalidad de un revolucionario: “No nos engañemos creyendo que en adelante todo será fácil…quizá….en adelante todo sea más difícil”.

Looking for Fidel (2003) es continuación de Comandante en el sentido de que el director realiza un careo con Fidel Castro sobre la situación interna en Cuba y los últimos acontecimientos, especialmente los fusilamientos de secuestradores de aviones y de un transbordador con destino a EE.UU. así como la represión contra disidentes. Oliver Stone leyó en Nueva York la siguiente presentación del film el 29 de marzo 2004 ante el Consejo de Relaciones Exteriores:

Thank you all for being here. It is nice to be back. My thanks to the Council on Foreign Relations for hosting this evening, and to HBO for their support of this film.
I went to Cuba two years ago to make a documentary on Fidel Castro. I wanted to understand who the man was behind the icon, the imagery that the world has known for nearly 50 years. Stating the obvious, he seemed to me a very intriguing man, a fascinating man, loved and hated by millions of people around the world, but a man that few people know, beyond the glorification and demonization. I spent many hours talking with him about his life, his philosophy, his experiences, his motivations, and that resulted in the film Comandante, which premiered at the Sundance Film Festival in early 2003.
Then a year ago there was an enormous eruption over what is called the “crackdown” in Cuba, the arrest, trial and imprisonment of some 75 dissidents, and a rash of hijachings that resulted in the execution of 3 hijackers and the arrest of many others. The world condemned Cuba and Castro for these actions, while Cuba strongly defended itself.
HBO asked me to try to talk to Castro again to find out what happened and why. I did, and he gave me 30 hours of new interviews, which resulted in the making of this new film, Looking for Fidel. I also interviewed dissidents who have not been arrested, the wives of imprisioned dissidents, and hijackers, to try to present as full a picture as possible of the situation of Cuba today.

Tanto en la presentación del documental en Nueva York, como en el mismo film el autor se centra en analizar tanto los secuestros como la represión de disidentes por el régimen cubano. Oliver Stone se entrevista con: Vladimir Roca, portavoz del “grupo disidente interno operativo”, Osvaldo Payá, organizador del grupo Varela y Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión cubana de derechos humanos y reconciliación nacional. Los entrevistados confirman la ausencia de derechos de expresión, las expulsiones de la universidad, los despidos que el régimen justifica con el argumento de que “la patria está en peligro”. El fusilamiento de tres secuestradores tras un juicio sumario de siete días y sin apelaciones fue justificado por Castro como “una situación de Guerra”, el dilema estaba entre “ejercer la misericordia o defender los derechos cubanos”.

Castro afirma que los EE.UU. también mantienen en la base de Guantanamo, en tierra cubana, a numerosos prisioneros de guerra, presuntos terroristas, sin haberlos siquiera sometido a juicio y algunos de ellos torturados. Los condenados a la pena capital en Cuba por los secuestros no eran ciudadanos corrientes sino que los tres tenían antecedentes penales. El 10 de abril de 2003, ocho hombres de la Isla de Juventud intentaron secuestrar un avión con rumbo a los EE.UU., era el cuarto intento de secuestro aéreo. Todos ellos fueron detenidos, tres condenados a 30 años y cinco cumplen cadena perpetua. Castro se avino a entrevistarles ante las cámaras y todos ellos confesaron que su motivación principal era “la economía”, escapar de la pobreza. Castro enumera los logros de la revolución en materia de sanidad y educación a la par que reconoce “la caza de contrarrevolucionarios” . Para el presidente cubano las acusaciones son una “orquestación” de los EE.UU. a pesar de que Amnistía Internacional acusa en su informe anual a Cuba de tener “prisioneros de conciencia” y de “acosar a periodistas”. La alternativa que propone el proyecto Varela es la convocatoria de elecciones libres en Cuba.

El escritor cubano Reinaldo Arenas, enfermo del SIDA, se suicidó en Nueva York el 7 de diciembre de 1990, más de una década antes que la filmación de los documentales de Oliver Stone. En su novela: Antes de que anochezca que ha sido llevada al cine por Julian Schnabel (2000) este escritor reunía las tres condiciones para convertirse en uno de los muchos parias del régimen inquisitorial y carcelario de la Cuba castrista; ser escritor, homosexual y disidente. Reinaldo Arenas denuncia con su obra (y su vida) una tesis que no aparece claramente en los documentales expuestos, el engaño encubierto por las declaraciones de Castro sobre el paraíso caribeño.

Antes de su muerte Reinaldo Arenas entregó una carta de despedida a algunos de sus amigos que se incluye como epílogo de su novela.

Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Sólo hay un responsible: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.
Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla los exhorto a que sigan luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy. Reinaldo Arenas.

Los documentales estudiados ofrecen una fragmentación de la vida de Fidel Castro y de la realidad cubana a través de un encadenamiento de preguntas y respuestas. Rubbo, en el marco de la Guerra fría, no consigue obtener una entrevista con el presidente cubano y su visión del país no deja de ser cómica. Estela Bravo recurre a la ficción basada en los hechos históricos pero la interpretación de los personajes se acerca más al cine de aventuras que a una adaptación rigurosa de la vida del presidente. La documentación aportada por Oliver Stone es de entre todas la más rica y pormenorizada aunque quedan grandes incógnitas por ser contestadas. Cuba es un paraíso caribeño dirigido por un comunista utópico, si efectivamente es un paraíso en América Latina, ¿cómo se explica la represión de la disidencia, la emigración desesperada y masiva de la población, la falta de libertades, las penas de cárcel a escritores y periodistas, unas condiciones de vida al límite de lo tolerable?

Pudiera ser que las respuestas a estos interrogantes se encuentre en el epílogo del ‘‘Mensaje de Fidel al Pueblo de Cuba” en el que Castro solicita ‘discreción’: ‘‘...Me falta sólo un detalle: pedirle a cada compatriota honesto, que sumados constituyen la inmensa mayoría del pueblo, no culpar a nadie por la discreción que, en aras de la seguridad de nuestra Patria y de nuestra Revolución, les he solicitado a todos”.

BIBLIOGRAFÍA

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